XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXSAN ANTONIO, Paraguay – En el mundo del arte paraguayo se dibujan rostros como el de Isabel Fretes, una versátil artista de 28 años, que combina técnicas mixtas e ilustración. Según el Censo Nacional de Población y Viviendas del año 2022, operativo liderado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y apoyado por el UNFPA, en nuestro país aproximadamente un 27% de la población es joven, lo que equivale a casi 2 millones de personas (15 a 29 años) de un total de 7.300.000. Esto nos habla de un potencial enorme, como el de Isabel, cuyo trabajo, conocido principalmente por «Los cartones de Isa», consiste en retratos y caricaturas que cautivan al público por su estilo y creatividad.

La cuarta de seis hermanos, seguidora de los dibujos animados y fascinada por los libros infantiles ilustrados, sintió deseos de contar historias desde pequeña. A través de los garabatos que hacía en las páginas de su libro de matemáticas, que le causaron algún que otro problema con su profesora, fue forjando su vocación artística. Estando aún en el colegio, con 15 años, ya vendía algunos de sus dibujos; tiempo después, incursionó en la ilustración de novelas gráficas.

La formación le brindó las herramientas para alimentar su talento. Estudió Tecnicatura en Artes Visuales en la Argentina y Diseño Gráfico e Ilustración en el Paraguay. Si bien el surrealismo le atrajo inicialmente, por su conexión con las emociones, descubrió que el público se identificaba más con sus retratos y caricaturas. Esto la impulsó a explorar nuevos estilos, desafiando sus propias inseguridades, y a seguir formándose. Actualmente, está cursando la licenciatura en Artes Visuales.

Las obras de Isabel están llenas de mujeres firmes y con personalidad, que, según ella, son un reflejo de su propia esencia. Le gusta retratar a «las guerreras», como ella llama a «las mujeres fuertes, poderosas, sin complejos, que se muestran como son».

Entre sus modalidades de trabajo destaca la creación de retratos en vivo, una experiencia que le permite conectar con la gente y compartir su talento de manera directa. «Ver cómo algunas personas se emocionan hasta las lágrimas con mis dibujos es una sensación que va más allá de la satisfacción. Es algo que no puedo explicar con palabras», confiesa la artista.

Crear consciencia a través del arte

En un mundo donde la presión por seguir carreras «más seguras o tradicionales» sigue vigente, Isabel rescata los roles que cumple el arte en la sociedad: «Además de ser una forma de expresión personal y creativa, sirve como un medio para provocar reflexión, generar debate, promover la inclusión y la diversidad, así como llamar la atención sobre temas sociales y políticos». Se sumó a ¡Quiero vivir así! #SinViolencia, campaña comunicacional impulsada por el UNFPA con numerosos aliados como el Ministerio de la Mujer, «para crear conciencia sobre la violencia de género, promover la educación y el cambio cultural, además de brindar apoyo y recursos a las víctimas».

Isabel alza su voz para referirse a un problema del que también se habla poco en su ámbito de trabajo: el acoso. «La mayoría de las veces proviene de hombres con poder o cierta autoridad, que intentan aprovecharse de esa posición», explica, a lo que el Ministerio de la Mujer recuerda que éste es un tipo de violencia entre muchos que se abordan en la Ley de Protección integral a las mujeres, contra toda forma de violencia, más conocida como Ley 5777, y remarca que el 137, fono SOS Mujer, está disponible para orientar y brindar apoyo a las mujeres que estén pasando por cualquier situación de violencia.

Descubrir que su rol de artista puede generar un impacto en otras mujeres es un logro significativo. «Saber que mi existencia y mi trabajo sirven de inspiración a otras mujeres en su búsqueda de independencia y realización personal es sumamente gratificante», reflexiona. Para ella es crucial que las mujeres se sientan apoyadas y alentadas en sus aspiraciones.

Dos pilares: estudio y práctica

Isabel es consciente de cuánto ha crecido y recorrido con el arte. Para ella, el éxito reside en haber forjado su propio camino, «sin que nadie intervenga ni me diga cómo hacerlo». A través de la formación y el trabajo constante, se ha ganado el respeto de la gente, lo que para ella es lo más valioso.

La típica frase “no se puede vivir del arte en Paraguay” no le asusta. “Es difícil, pero no imposible; depende de una misma que sea verdad”. También considera fundamental contar con fondos para proyectos que impulsen especialmente a las mujeres artistas, que son las que reciben menos apoyo en el país.

Si tuviese que dejar algún consejo a artistas emergentes, destacaría la importancia del estudio y la práctica como pilares del crecimiento. También insta a quienes están empezando a no desanimarse.

Me llevó años posicionarme y me siento orgullosa de ver que, a medida que pasa el tiempo, surgen nuevas oportunidades”, asegura.

En su tercera edición, la campaña ¡Quiero vivir así! #SinViolencia explora historias de mujeres que desarrollan su potencial en distintos sectores. Historias como la de Isabel ponen de manifiesto la importancia de las redes de apoyo así como de las políticas públicas enfocadas en la educación contra la violencia de género. Y, como una obra de creación en desarrollo, aún queda mucho por hacer.

#GobiernoDelParaguay

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