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En el marco del #PrimerAñodeGestión del #GobiernoNacional visibilizamos hoy desde el Ministerio de la Mujer el trabajo emprendido dentro del Observatorio de la Mujer, que se constituye en una instancia prevista por la Ley Nº 5777/16 para el monitoreo e investigación sobre la violencia contra las mujeres (Art. 31).
A partir de agosto de 2018, la institución se encuentra abocada al proyecto e implementación gradual del Observatorio, cuya misión es “colaborar en el diseño de políticas públicas en base a evidencias, que principalmente apunten a la mejor comprensión del fenómeno de los Feminicidios, para la prevención y erradicación de este flagelo, de consecuencias sociales nefastas”.
En el primer semestre del año 2019, se observa una reducción de la cantidad de víctimas por Feminicidios comparativamente a los años 2017 y 2018, en un número de 6 y 5 víctimas menos respectivamente, siendo julio el mes en el que no se tuvo ningún caso de feminicidio.
El total de hijas e hijos huérfanos sólo del año 2018 a julio de 2019 es de 83, que son las víctimas colaterales o secundarias de este triste y grave fenómeno social.
Uno de los principales resultados de esta primera etapa es la instalación del Ministerio de la Mujer por medio del Observatorio, como referente para datos de Feminicidios y Tentativas. Sobre todo se ha logrado hacer una pedagogía de la violencia aprovechando cada entrevista con los medios, quienes además han dado muestras de un tratamiento más adecuado a la información sobre cada caso de feminicidio, cuidando las formas de publicación de las imágenes y la redacción de la información evitando la re victimización de las mujeres.
Se puede considerar al feminicidio como un fenómeno social que expresa la violencia extrema hacia la mujer produciendo las siguientes consecuencias: 1) destrucción de maner brutal del entorno familiar, hijas e hijos huérfanos de ambos progenitores o cuidadores en un mismo acto; 2) grave alteración del desarrollo normal de las hijas e hijos y los familiares, de la comunidad y hasta del país; 3) significa como mínimo la perdida de la fuerza laboral de dos personas; 4) daños psicológicos severos o permanentes en hijas e hijos, familiares y hasta en testigos; 5) riesgo de perpetuación del modelo de violencia y de la pobreza.